El epicureísmo es la escuela fundada por Epicuro de Samos en el 306 a.C. Fue fundada en sus jardines de Atenas (de ahí que los seguidores de esta corriente sean llamados “los del jardín”. Como característica especial, esta escuela estaba integrada tanto por hombres como por mujeres, algo nuevo en las escuelas griegas.
El epicureísmo defendía la búsqueda de la vida feliz y de la ataraxia. La ataraxia se define como la disposición del ánimo por la que una persona alcanza el equilibrio emocional (mediante la disminución de la intensidad de sus pasiones y deseos y la fortaleza del alma) y la felicidad.
La escuela estoica fue fundada en el 322 a.C. por Zenón de Citio, y duró hasta el 429 d.C. Toma su nombre de la Stoa, pórtico cubierto donde se reunían sus miembros. Afirmaban que el alma es una “tabla rasa” que no cuenta con ningún conocimiento a priori, y que en ella se imprimen las imágenes de las cosas sensibles a través de la comprensión de la sensación. La mente forma la representación a partir de las señales que recibe de la sensación.
El pneuma en los vegetales genera el crecimiento; en los animales actúa como alma; y en el hombre actúa como razón. Este fuego contiene dentro las ideas de todo lo que ha de pasar. El continuo cambio se desarrolla en ciclos idénticos que se repiten eternamente.
La escuela cínica fue fundada en Grecia durante la segunda mitad del siglo IV a.C. por Antístenes. Los cínicos consideraban que el hombre con menos necesidades era el más libre y el más feliz.
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